Tres de ellos.
Aunque lo mejor de la "fiesta grande", del 8 al 23 de enero en Chiapa de Corzo, son sus tumultuosos bailables frente a la imagen de San Sebastián en iglesias y casas particulares, encontrarse en la calle con algunos de los cientos de chiapanecos que ese día se atavian de manera especial es interesante y divertido -cuando no se torna tenso por el grado de alcohol que llevan encima algunos-. Otra tierna excepción son los niños que también se unen a la fusionada y desvirtuada tradición que hace a estas personas cada año comprar costosas prendas y accesorios para convertirse en el centro de atracción del pequeño pueblo a la orilla del Río Grijalva.
Una de las versiones más populares del por qué de la tradición dicta que hace muchos años llegó - saber de dónde- al pueblo una adinerada señora llamada María de Angulo, ella tenía un hijo muy enfermo que no había mejorado ningún curandero, fue hasta que en Chiapa de Corzo, la fé de su comunidad a través de sus oraciones, hizo que el pequeño sanara. En agradecimiento la señora Angulo obsequió sarapes de Saltillo, vestimentas vistosas y coronas de ixtle a los que luego, por la comodidad de la abreviatura, se les diría "parachicos" (cuando la servidumbre de la acaudalada señora repartía las prendas decía: "para los chicos"...Y bueno, San Sebastián es el santo patrón del pueblo, ¡ah! y San Antonio también, tengo entendido.
La ruta de los parachicos es larga y comienza en la iglesia central, para seguir en los altares que muchas, muchas casas tienen en una parte muy importante de su hogar, como parte central de la sala o en un gran recibidor. No es raro, de hecho es muy común, encontrarse con estos fieles ya muy "bolos", borrachos pues. Y con otros tantos que no son parachicos, sino sólo chicos con ganas de fiesta y que aprovechan la tolerancia de las autoridades municipales durante esos días de feria alrededor de la corona roja de Chiapa de Corzo.
Jajaja, estupenda la guia para viajes mayores a 10 horas en el camion.
ResponderEliminarSaludos Carlota!
Dvd